La Operación Irini, realizada por la UE, es una operación cuyo propósito y beneficios son cuestionables. Ayer (22 de noviembre) durante las horas de la mañana, el buque de guerra alemán “Hamburgo”, como parte de esta operación, llamó e interrogó en detalle al buque comercial de bandera turca “M/V Roseline A”, que transportaba pintura, material asociado a la pintura y bienes de ayuda humanitaria desde el puerto de Ambarlı a Misurata. El capitán del buque comercial actuó en cooperación y compartió información detallada sobre la carga del buque y su itinerario. Sin embargo, a las 17.45 horas, elementos armados de la Operación Irini abordaron el buque y realizaron una “inspección” prolongada durante horas. Todos los miembros de la tripulación, incluido el capitán, fueron cacheados por la fuerza, reunidos y confinados en un solo lugar, los contenedores se cachearon mediante el uso de la fuerza, mientras que el capitán fue puesto bajo la custodia de un militar armado.

Esta intervención se llevó a cabo sin el consentimiento de Turquía, como Estado del pabellón, o del capitán del buque. A pesar de la declaración del capitán con respecto a la naturaleza del cargamento, la intervención se inició bajo una vaga sospecha y duró hasta pasada la medianoche y solo se puso fin a ella tras las persistentes objeciones de Turquía. El personal armado continuó a bordo y abandonó el buque comercial a las 09:38 horas de la mañana.

Lamentamos profundamente que nuestro buque, que se hizo patente que no ha violado el embargo de armas, haya sido retenido de su ruta durante horas bajo condiciones climáticas severas y que durante la inspección se trató a la tripulación como si fueran criminales.

Protestamos por este acto no autorizado y contundente. Naturalmente, quedan reservados los derechos a la indemnización de las personas físicas y jurídicas pertinentes por los daños y perjuicios que pudieran derivarse de este acto.

Es esencial obtener el consentimiento del Estado del pabellón antes de interferir con los barcos comerciales en aguas internacionales. Las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el embargo de armas libio no anulan esta obligación.

La neutralidad de la Operación Irini, que la UE lanzó sin consultar ni al Gobierno legítimo de Libia, ni Turquía y la OTAN, ya está en disputa. Siendo este el caso, este trato ilegal y de doble rasero de los buques dedicados al transporte desde Turquía a Libia nunca podrían ser aceptados.

Como hemos dicho muchas veces antes, Irini es una operación sesgada. Es una operación llevada a cabo de forma arbitraria que no inspecciona los envíos de armas al golpista Haftar y que tiene como objetivo castigar al Gobierno legítimo de Libia.