El Ministro de Relaciones Exteriores de Armenia, Edward Nalbandian, en su declaración hecha durante su visita a Atenas el 13 de diciembre de 2017, responsabilizó a Turquía por la demora en la ratificación de los Protocolos firmados en Zúrich entre Turquía y Armenia el 10 de octubre de 2009. Lamentamos estas alegaciones que no reflejan la verdad y que apuntan a engañar a la opinión pública internacional.

Turquía ha continuado sus esfuerzos para normalizar sus relaciones con Armenia a varios niveles desde que Armenia proclamó su independencia en 1991.

En este contexto, dichos Protocolos que son el resultado de negociaciones facilitadas por Suiza, tenían como objetivo normalizar las relaciones entre Turquía y Armenia.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional de Armenia, con su decisión del 12 de enero de 2010, introdujo condiciones previas adicionales y cláusulas restrictivas que van contra la letra y el espíritu de los Protocolos.

Posteriormente, el Presidente de Armenia, Serzh Sargysyan, anunció públicamente el 22 de abril de 2010 que la ratificación de los Protocolos había sido suspendida. Es un hecho bien conocido que la diáspora armenia estaba en contra de la firma de los Protocolos desde el inicio y que estaba presionando al Gobierno armenio para que no los ratificara.

Por último, Sargysyan, en su discurso pronunciado el 19 de septiembre de 2017 durante la 72ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, hizo afirmaciones infundadas culpando a Turquía por la demora en la ratificación de los Protocolos, anunció la declaración de la nulidad de los Protocolos por falta de progreso e indicó que llegarán a la primavera del 2018 sin estos Protocolos.

A pesar de la postura negativa de Armenia con respecto a los Protocolos, Turquía sigue comprometida con las principales cláusulas de los Protocolos. Estos Protocolos están todavía en el orden del día de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Gran Asamblea Nacional de Turquía y para su ratificación, es imprescindible que se establezca un ambiente político favorable y un entorno de paz en el Cáucaso meridional.

El objetivo principal de Turquía en relación con el proceso de los Protocolos es de realizar la normalización de las relaciones entre Turquía y Armenia de forma que se consiguen la paz y la estabilidad de manera exhaustiva en el Cáucaso meridional. En este sentido, es necesario que se logren avances en la solución del conflicto de Nagorno Karabaj, basándose ​​en la integridad territorial de Azerbaiyán y a la luz de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU. En cualquier caso, Armenia debe poner fin a su ocupación de los territorios de Azerbaiyán.

Las alegaciones sobre el genocidio formuladas por Nalbandian en dicho discurso tampoco reflejan la verdad. Según lo establecido por las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los sucesos de 1915 son una materia legítima de debate en el marco de la libertad de expresión. Los intentos de los grupos malintencionados de imponer su narrativa unilateral y de ejercer presión sobre la opinión pública internacional son moralmente y jurídicamente incorrectos y no contribuyen a la paz y a la estabilidad en nuestra región. Esperamos que Armenia responda sobre uno de los crímenes más graves contra la humanidad en la historia reciente, la Masacre de Jodyalí, en lugar de ocuparse de eventos históricos controvertidos.